Como en «El vaso de leche»: Restaurant en Valpo regala comida a los que no tienen dinero

«Las Cachás Grandes» es un restaurant ubicado en  Valparaíso y que en el último mes empezó a sonar recurrentemente en los oídos de los porteños por su novedosa y considerada medida de regalar la comida que no venden a aquellas personas que no tienen dinero para pagar.

Frontis de "Las Cachás Grandes".
Frontis de «Las Cachás Grandes».

¿Alguna vez leyó o escuchó hablar del cuento «El vaso de leche«? Es una obra del escritor chileno Manuel Rojas que relata las experiencias de un joven que fue abandonado y que creció como vagabundo en un puerto. Ahí, obligado por el hambre y la desesperación, el joven entra a un restaurant decidido a beber un poco de leche aunque no tuviera cómo pagarlo. Sin embargo, frente al primer vaso, el joven estalla en lágrimas por la angustia. La joven que lo atendía pudo notar su situación y, lejos de reaccionar hostilmente, le ofreció otro vaso sin cobrarle un solo peso.

Las Cachás Grandes, como por una gracia del destino, está coincidentemente ubicado en Blanco con Calle Clave, a pasos del Puerto de Valparaíso y también a pasos de la Plaza Echaurren, epicentro por antonomasia de personas desposeídas o en situación de calle.  Notable, ¿no?

Las Cachás Grandes en el mapa de Valparaíso.
Las Cachás Grandes en el mapa de Valparaíso.

Este restaurant es de tradición en el Barrio Puerto, pues empezó en 1952 y no dejó de abrir su puertas desde entonces. No obstante, la decisión de regalar la comida que no se vende fue tomada hace mucho menos tiempo.

«Esto lo hacemos como hace un mes, aproximadamente», cuenta Tirsa González, trabajadora de Las Cachás Grandes. «Todos los días, como a las cuatro (pm) se cierra el local y ese es el momento en que se hace, ahí viene la gente a comer», agrega. Sin embargo, este acto de innegable generosidad a veces no puede llevarse a cabo pues «hay días en que vendemos todo y no queda comida para dar».

Tirsa, quien era la encargada de turno, explica que este actuar del restaurant nació del más básico acto de raciocinio, pues asegura que «hay días en que se prepara más comida de la que se vende, pero si no se vende ¿para qué botarla? Se estaría perdiendo y no tiene sentido».

El hecho de que Las Cachás Grandes esté tan cerca de Plaza Echaurren no es un asunto que no influya, pues como dice Tirsa «viene harta gente, todos los días. Todos los señores de Echaurren vienen para acá», suelta una sonrisa y cuenta que uno de los típicos clientes «post cierre de local» es un hombre apodado el «Aguachao«.

Por su parte, las personas que esperan su momento del día para poder ir a servirse un poco de comida demuestran cierta tranquilidad a la hora de preguntarles por Las Cachás Grandes. «Sí pue‘, increíble lo que hacen», responde uno de un grupo en Plaza Echaurren, con una sonrisa de sentir que hay cierta garantía de poder comer de vez en cuando. Al caminar por los callejones de Blanco en dirección al este, otros hombres en situación de calle desconocían el actuar del restaurant, por lo que se les aprovechó de pasar el dato. Sin embargo, a pesar de recorrer el barrio en círculos, no se pudo dar con el famoso «Aguachao«.

Entre las calles y callejones, bajo el cielo gris del puerto, no es difícil encontrar este tipo de necesidades. Hay mucha vida en las calles y mucha gente viviendo en ellas también, una realidad que aunque quizás sea vea más amplificada en Valparaíso, es un tema que manifiesta una verdad nacional.

Finalmente y de vuelta al restaurant, en Las Cachás Grandes aseguran que seguirán obsequiando la comida que queda en vez de botarla, pues además de ahorrarse el triste acto de desperdiciarla, les hace sentir bien saber que ayudan a personas que muchas veces lo único que tienen durante el día es la comida que ellos regalan.

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En el siguiente video, se puede apreciar la corta distancia que hay entre el restaurant y la plaza, lo que explica el estrecho vínculo que se da en esta situación y que le permite a las personas llegar por su comida a sólo pocos pasos de su típica plaza de reunión.

Escritores: Manuel Rojas

Manuel Rojas Sepúlveda fue un escritor de nacionalidad chilena nacido el  8 de enero de 1896 en Buenos Aires, Argentina. Llegó a escribir más de veinte libros entre cuentos, poemas, ensayos y novelas.

Manuel Rojas Sepúlveda
Manuel Rojas Sepúlveda

Se radicó en Chile en 1912 durante su infancia, en tiempos duros para su familia y el país, por lo que desempeñó variadas labores en Valparaíso.

Durante su juventud fue cronista político, de educación y sociedad para diarios anarquistas (La Protesta de Buenos Aires y La Batalla de Santiago).

En la década del 50′ alcanza su madurez literaria con obras como Hijo de ladrón, con las que a fines de la década sería galardonado con el Premio Nacional de Literatura.

Manuel Rojas murió en Santiago el 11 de marzo de 1973 a los 77 años de edad. Muchas personas fueron a los diversos funerales que se hicieron en su honor, como el entonces Presidente Salvador Allende. Hoy, algunas de sus obras siguen siendo parte de los planes de lectura de la educación chilena.

Plaza Echaurren: Icono de popularidad

Ubicada en pleno Barrio Puerto de Valparaíso, la Plaza Echaurren es un emblema irrefutable del pueblo y de la identidad porteña.

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Pileta de la Plaza Echaurren, con sus característicos comensales sentados al fondo.

Entre las calles Cochrane, Almirante Riveros, San Martin y Clave está la que es la primera plaza que tuvo Valparaíso, fundada en épocas del Chile colonial. Esto la ha hecho un lugar característico de la ciudad y del puerto, siendo reconocida un tiempo también como la «Plaza de la Municipalidad«.

En 2008 se inauguró en la Plaza Echaurren un monumento al cantor Jorge Farías, quien con su versión popularizó el conocido vals «La Joya del Pacífico«.

Actualmente, la Plaza Echaurren es un punto de reunión de personas de escasos recursos y en situación de calle, por lo que a diario se ve a grupos de personas (especialmente hombres adultos y adultos mayores) pasando largas horas ahí, bebiendo, discutiendo, riendo y deambulando.