Ante todo, la convergencia en el periodismo define un punto de cambio en los procesos tradicionales en que se ejerce la profesión. El principal factor es la tecnología, que entró a modificar (o si se quiere a facilitar) la forma de hacer el periodismo y, por su puesto, a marcar énfasis en las telecomunicaciones. Desde luego, todo este fenómeno es un proceso que vive no sólo el periodismo, ni las herramientas utilizadas, sino que de una manera muy importante: los profesionales del periodismo.
Este proceso de cambio multidimensional (editorial, profesional, tecnológico, empresarial, etc) ofrece al periodismo una gama de herramientas antes descartadas, como los nuevos espacios que tienen la capacidad de abarcar zonas mucho más amplias de receptores en el globo a través de la red, o los métodos de trabajo distintos que pueden incluir en base a la tecnología en las telecomunicaciones. Incluso, el factor «lenguaje» puede ser traspasado si se desea, pues la convergencia en el periodismo rompe las barreras en el espacio, permitiendo llegar también a receptores en otros países, con otras lenguas.
No obstante, la falencia que se vive hoy es la adaptación de los profesionales del periodismo a la convergencia, pues muchos de éstos no están del todo inmersos en este mundo, a diferencia de los posibles receptores que hoy, en su mayoría, tienen acceso a esta forma de comunicar y compartir la información con texto, imagen, sonido y videos. Finalmente, es necesario mencionar que la convergencia periodística termina por afectar la forma en que se desarrolla y entrega el contenido informativo, pues realizado de la manera correcta se lleva a cabo una complementación, a través de diversos soportes, que potencia la información.